El Picasso grabador recrea escenas y personajes extraídos del fecundo mundo de la mitología grecorromana. Describe mitos y narra historias que antaño fundamentaron una religión o un sistema de creencias, y que han perdurado hasta la actualidad, de manera especial, en el mundo de las artes plásticas. En este universo irreal con pretensión de veracidad, relatado por unos y por otros en el decurso del tiempo, Picasso, como otros tantos artistas, ofrece sus relatos sobre los dioses o sobre los fenómenos de la naturaleza, más o menos divinizados, así como leyendas sobre héroes y heroínas: mitos que intentan explicar las fuerzas o fenómenos de la naturaleza y las cualidades o realidades morales del hombre individual y de sus experiencias sociales, y que representan idees o símbolos. La obra gráfica de Picasso muestra una sucesión de protagonistas mitológicos como Hércules, Apolo, Calidón, Céfalo, Meleagro, Néstor, Políxena, Poseidón, el Minotauro, Zeus y otros seres fantásticos como centauros, faunos y musas, y se explican hechos triviales de la vida cuotidiana, proezas, placeres, dolor, tragedia… Mitos que protagonizan una retahíla de estampas maravillosas elaboradas con distintas técnicas: aguafuerte, aguatinta, punta seca, litografía, linóleum…
En esta fusión de narración e historia que se convierten en mito, Picasso vierte todo su genio creativo; trabaja las planchas de cobre, zinc, linóleum y piedra con una libertad de trazo apabullante, un vigor expresivo descomunal y un sombreado excelso.
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